En tiempos donde cada peso cuenta, muchas familias buscan formas de ahorrar en la cocina sin sacrificar la calidad nutricional de sus comidas. Además de beneficiar al bolsillo, reducir el desperdicio de alimentos también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Aprovechar al máximo los ingredientes y planificar las comidas con anticipación son estrategias clave para ahorrar dinero y mejorar la nutrición en casa, según recomienda la nutricionista Nerina Ceriani.
De acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), cerca del 30% de los alimentos producidos en los hogares a nivel mundial termina en la basura, representando millones de toneladas desperdiciadas cada año. Este problema no solo afecta al medio ambiente, sino que también supone un golpe para la economía familiar. Además, la industria alimentaria descarta casi la mitad de lo que produce, generando en los basurales cantidades significativas de gases de efecto invernadero. De las emisiones globales ocasionadas por los desperdicios, más del 90% se originan en la misma industria.
Así, pequeños cambios en la cocina pueden marcar una gran diferencia. No solo se trata de ahorrar, sino también de mejorar la salud y proteger el medio ambiente.
Aquí te dejamos algunos consejos prácticos y recetas económicas para aprovechar al máximo cada ingrediente:
Planificá tus comidas y organizá la despensa
Antes de hacer las compras, es recomendable planificar un menú semanal y hacer una lista detallada. Esto ayuda a comprar solo lo necesario y evita que productos frescos, como frutas y verduras, queden olvidados y se echen a perder. Además, mantener organizada la despensa permite ver qué alimentos ya tenés en casa y cuáles conviene consumir pronto.
Aprovechá cada parte del alimento
Incorporá partes de alimentos que suelen desecharse, como cáscaras, tallos y hojas de vegetales. No solo disminuís el desperdicio, sino que también obtenés nutrientes adicionales sin gastar más. Algunos alimentos tienen partes que solemos tirar, pero que en realidad son comestibles y muy nutritivas.
Recetas fáciles para reducir el desperdicio:
- Chips de cáscaras de zanahoria: en lugar de desechar las cáscaras, lavalas bien y mezclalas con un poco de aceite de oliva, sal y especias al gusto. Luego, hornealas a 180°C por 10-15 minutos hasta que estén crujientes. Son un snack delicioso y lleno de fibra.
- Hojas de remolacha: la próxima vez que compres remolachas, usá sus hojas en rellenos, salteados, torrejas, croquetas, etc. Son un gran alimento y se pueden usar de forma similar a la espinaca o acelga.
- Milanesas de pencas de acelga: después de usar las hojas de acelga, aprovechá las pencas para hacer milanesas. Solo tenés que cocinarlas brevemente en agua, pasarlas por huevo y luego en avena y semillas procesadas, y cocinarlas en una sartén o al horno hasta que estén doradas. Estas milanesas son un acompañamiento nutritivo y económico.
Ahorro y nutrición en cada bocado
Con estas ideas, podés aprovechar cada ingrediente al máximo, asegurando que cada parte de la compra se use. “Cuidar lo que compramos y cómo lo usamos en la cocina puede ayudar a que la economía familiar rinda más. Además, es una manera de incorporar más nutrientes de forma sencilla”, explica Nerina Ceriani.
Reducir el desperdicio de alimentos en casa es una acción pequeña que beneficia tanto a la economía como al planeta. Así, cocinar con creatividad y responsabilidad se convierte en una herramienta poderosa para cuidar el bienestar de las familias.