Más allá del hambre: Explorando el Vínculo entre Emociones y Alimentación

¿Por qué comemos? Más allá de la simple necesidad de alimentarte, tus emociones, pensamientos y necesidades nutricionales se entrelazan en este acto que realizás a diario. 


En ocasiones el acto de comer puede estar dado por sensaciones como ansiedad, tristeza, aburrimiento o alegría, rara vez el hambre real alcanza la magnitud suficiente para que se manifieste. Eso hace, costumbres mediante, que se distorsionen las emociones y las necesidades fisiológicas del cuerpo. Porque, como dijimos antes, no se come solo para saciar el hambre, sino que vamos viendo que existen muchos otros disparadores. 

Actualmente, la alimentación para nutrir se convierte en una experiencia secundaria, influenciada y atravesada por aspectos socioculturales como gustos, costumbres, modas, encuentros sociales, eventos, etc. 


En este mundo impulsado por el marketing de la industria alimentaria, la elección de lo que comemos puede estar sesgada por las emociones que éstas producen y la búsqueda propuesta de placeres momentáneos, dejando de lado tu nutrición real y la conexión saludable con los alimentos que consumís.


Los productos ultraprocesados que te rodean y se ofrecen en envases plásticos con una lista de ingredientes químicos casi irreconocibles, están diseñados para vender, no para nutrirte. Las publicidades, como decíamos, nos empujan a elegir por emociones creando necesidades que antes no existían o haciéndonos creer que solo ellos pueden satisfacerlas. O sea, para ejemplificar, por hacerle caso a nuestra sed terminamos tomando una bebida con 10 cucharadas de azúcar por vaso y decenas de productos químicos que desconocemos su procedencia, está claro que la sed no va a desaparecer. 


Cuestionar las normas establecidas por el marketing moderno es un acto de amor propio. Debemos estar informados para poder elegir según nuestros deseos y necesidades, y no conforme a lo que nos dictan los popes de la industria alimentaria. 


Al fin y al cabo, si hicieras lo mejor para vos, la naturaleza te ofrece todo lo que necesitás para vivir y disfrutar plenamente. Y en nuestro sistema actual, no es un gran esfuerzo, es sólo cambiar el hábito de dónde haces tus compras. 


El ritmo de la vida moderna, audios en x1.5, reels de 30 segundos y la sensación constante de no tener tiempo, sólo aumenta tu ansiedad y terminás canalizandolá de formas que no te suman en nada, como por ejemplo, comer compulsivamente, hacer ejercicio excesivo, scrolling infinitos de redes sociales, entre otras. 


Reconocer y verbalizar esta ansiedad es el primer paso para evitar que la comida se convierta en nuestra única opción ante ella. Un tip super saludable para verbalizar que siempre nos gusta dar es: buscá esa persona de confianza que te conoce a fondo y contale como te salga lo que te pasa, no importa donde termine esa charla, será una forma real de haberlo puesto en palabras y sin dudas el comienzo de un cambio. 


Es crucial que sepas distinguir entre la ansiedad saludable que es una respuesta adaptativa al estrés, y el trastorno de ansiedad, que irrumpe constantemente en tu vida cotidiana. Vivimos en una sociedad que valora la inmediatez y la velocidad, dificultando la pausa necesaria para evaluar nuestras necesidades y elecciones alimenticias. 


En este contexto, es importante reconocer y comprender la diferencia entre el hambre emocional y el hambre real. Al tomar un momento para reflexionar sobre nuestras emociones y cómo influyen en nuestros deseos de comer, podemos tomar decisiones más conscientes sobre qué alimentos consumir. Te animamos a preguntarte a ti mismo: 'En este momento ¿Estoy experimentando hambre real o hambre emocional?' Si determinas que es hambre real, opta por alimentos nutritivos que satisfagan tus necesidades. Pero si reconoces que tus deseos de comer están impulsados por emociones, considera buscar alternativas que te brinden confort sin recurrir a la comida.


Por ejemplo, podés tomar un vaso de agua y hacer 10 respiraciones de 3x3x3 (tres segundos inhalo, tres segundos retengo y tres segundos exhalo) y de este modo abrir un espacio de tranquilidad que te permita reflexionar al respecto. 


Detectar los momentos claves para comer y en ellos saborear los alimentos de manera consciente combinado con técnicas concretas para evitar que las emociones se canalicen comiendo son pasos claves en este viaje hacia una relación más saludable con tu alimentación. No se trata de renunciar a la comida rápida y fácil, sino de encontrar nuevos recursos para que esta sea saludable y, de este modo, te permita vivir plenamente y disfrutar de cada bocado con conciencia y gratitud.


En Almacén De Bienestar somos especialistas en esta temática, pero por sobre todo en diferentes técnicas para llevar a cabo un plan exitoso. Practicamos la escucha activa y tenemos un verdadero interés por mejorar la calidad de vida de las personas que acompañamos.



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